
Una mancha.
Una mancha en el vidrio, en la piel, en la sociedad.
Que molesta, que resalta, que distrae
Una mancha silenciosa, casi sonriente, decidida a no moverse.
Una mancha en el pasado, en el presente, en el futuro.
Dulce, amarga, pegajosa, suave.
Con relieve, con arena, con pelos, con papeles.
Una mancha en el firmamento, en una foto, en el pavimento.
Que tapa, y que quiere ser diferente.
Que te hace recordar, que te hace preguntar y que te obliga a querer limpiar.
Que valen millones, que todavia no se han descubierto ni explorado.
Que están muertas, desiertas, solas.
Con miles de miradas, miles de palabras, miles de promesas, miles de sueños.
Con formas amorfas, que te hacen dudar.
Con doble sentido e infinidad de interpretaciones.
Una mancha diminuta en el universo.
Una mancha en el alma.
Miles de manchas en el alma que molestan, que distraen, silenciosas, sonrientes, decididas a no moverse, que están en el pasado, en el presente y en el futuro, que son amargas, dulces, pegajosas, suaves, que tapan, que son diferentes, que te hacen recordar, que te hacen preguntar y que te obligan a querer limpiar.
Miles de manchas en el alma con miradas, palabras, promesas y sueños, con sombras amorfas que te hacen dudar, con doble sentido y muchas interpretaciones, que están muertas, desiertas...solas.
Una mancha en el alma?
Ah!
como una mancha en el universo.