viernes, 22 de enero de 2016

Naturalmente

No me molesta mirar para arriba
y ver toda esa maraña de cables y transformadores
mientras viajo en colectivo o espero el semáforo.
Si me molesta caminar y esquivar montañas de basura por ejemplo.
Venir caminando cantando alguna canción quizás.
Añadiendo un poco de color a la ciudad y paf
viene una baranda que te voltea, literalmente.
Hace que la expresión de tu cara se vuelva fea, que todos tus músculos se contraigan y tu rostro se arrugue como queriendo cerrarse automáticamente para protegerse.
Te llevas los dedos a la nariz caminando rápido temiendo abrir la boca porque claro, es como una nube de gérmenes y cosas podridas que estarías tragando aunque no las veas, sabes que están ahí. Yo en estos casos me llevo algún trapo alguna remera , bufanda, mano, lo que sea, que oficie de filtro mental para alivianar un poco la sensación de tragar podredumbre, de tragar muerte.
Y ya pasó, caminaste un par de cuadras, pero no podes cambiar esa expresión de tu cara, es tan antinatural lo que te acaba de pasar que el cuerpo no puede parar de intentar vomitar el mal momento, todas las imágenes que traen accionando esa memoria olfativa que funciona instintivamente. ¿En que pensaste?
Bueno, lo primero es ratas, después cucarachas, luego gusanos, algún gato muerto tal vez, comida podrida, o no tan podrida, viscosidad, una nube invisible de color gris, llega de moscas que se posan ahí y luego intentan posarse en vos, que no tenes nada que ver.
¿O sí? O eso se formó solo "naturalmente"
¿No formamos parte del paisaje acaso?
Lo importante es salir de allí lo mas rápido que se pueda, huir, del horror, de la muerte, de lo que nadie quiere ver.
Otros dicen "esto no está bien" y deciden hacer algo para que ese olor no vuelva a cruzarse por nuestro camino. Porque ese es el objetivo.Hacia ahí vamos.
Abrimos otro sendero, lindo, fresco. Con aroma a vida.
Y el mundo empieza a cambiar.