martes, 2 de junio de 2015

Ocaso

Cálidos rayos recuerdan
la cima,
ya no con la misma fuerza,
ya no con el mismo ímpetu.

Agua que se va por la cañería,
la vemos desplazarse lentamente,
forma un remolino antes de desaparecer del todo,
sin poder hacer absolutamente nada.

Caricias de perdón,
caricias del adiós.
Cachetazos en cámara lenta.
Frescor de la mañana que ya no amanecerá.
Esa mañana que ahora es eterna, la que nunca existió.

El sol cae.
Las sonrisas se esfuman, y vos soltas.
Los rayos se esconden y te desorientas.
Los ojos, la boca, todo grita porque, por donde.

Como ocurrió el amor,
ese amor.
Vivir con todo lo que tenemos
sin poder despojarnos de nada.

Astillero de sueños sin sentido
en la cabeza de quien sabe disfrazar,
maquillar todo.
Trabajando incansablemente en la búsqueda de alguna víctima dispuesta a
sonreír accidentalmente.

Y que los rayos salgan de entre sus dientes.