"Uno no debe consentir arrastrarse cuando siente el impulso de volar" Helen Keller
lunes, 2 de enero de 2012
Reflexiones de un domingo a la madrugada
Todos alguna vez hemos tenido que renunciar a algo. No creo que sea a “alguien”, siempre es algo. Al amor, al dinero, a las comodidades, a la libertad. Un mundo donde a veces pareciera que los sueños se vuelven frustraciones, que cada día se encuentran más y más lejos de nosotros, aquellos momentos en que todo parecía posible. No me considero una persona pesimista, quizás más bien, demasiado realista. Cuando uno era chico, al menos en mi caso, la vida parecía tan simple, tan mágica…tan inconsciente. Es la lucha del día a día, por no dejar que nuestras caídas no nos impidan volver a levantarnos.
A veces siento que vivo en una dualidad constante, por querer descubrir razones o hechos que en realidad no existen sino que son sólo un invento de mi mente, ojala pudiese saber porqué…. O será la duda, indirectamente enviando toda clase de posibilidades ante diversas situaciones esperando cotejar hasta el último detalle pensando así que, después de un arduo trabajo de ensayo y error y descartar posibilidades, finalmente encuentre la verdad.
Cuando uno decide sacarlo a la luz, escupirlo es forma de palabras, de un lenguaje propio, y que nuestro receptor no logra captar porque claro, el también está descartando posibilidades y buscando su PROPIA verdad.
Pasé por mil estados, intenté de diversas maneras no sobrepasar mi propia capacidad de juego, que este no me desborde y que pierda el partido para volver a empezar otra vez. Uno piensa que puede ser posible… solo para volver a dudar de ello. La respuesta puede estar, o no, depende de lo que estemos buscando, dónde lo estemos buscando. A veces no depende de los demás, es sólo un escudo contra tu propia inseguridad.
Tomar lo mismo de manera diferente, puede hacer la diferencia. Hacer lo mismo de manera diferente puede renovarnos, puede darnos más fuerza. Crear espacios dentro de uno para poder apreciar los momentos sin volar tan lejos y poder volver, porque a todos nos habrá pasado seguramente tener que volver inesperadamente y no recordar el camino de vuelta.