jueves, 11 de marzo de 2010

Menta

No la vi venir, estaba aletargada
Así fue como me pintó la cara
En un instante que nunca terminó
Y desaparece entre el humo de la estación.

Me compré unos chicles
Para calmar la ansiedad
Tratando de pensar salvajemente
Que no debía de mostrarse en mis ojos

Mi mundo no tenía lugar
Para semejante desfachatez
Ya fue suficiente…suficiente!
Apuesto sobre lo perdido…que delirio!

Siempre hay belleza en el dolor
Me gritó a la distancia
Y yo le dije que no se preocupara,
Que siempre iba a caer hermosamente sedada.

Me siento en un café,
dejo que mi ser se acomode como quiera
Y ordeno lo que siempre
Pide la gente solitaria en estos casos.

Que placer…siempre refresca…
el sabor a menta.